Sebastián Russo Bautista entrelaza los conceptos de pueblo y cine, en un recorrido que articula autores y cineastas de los más diversos. Yendo y viviendo de un continente a otro, en Sombras vivas. Variaciones sobre pueblo y cine, el autor observa contrastes, similitudes y diferencias sustanciales en las formas que adquieren las imágenes en diferentes contextos históricos y geográficos. Los sin nadie, el pueblo, los más humildes, los sin nombre, son distintas maneras de llamar a aquellos que están en el lado abismal, en todo caso, ausencias a las que tan bien se ha referido Boaventura de Sousa Santos –autor que entre otros Russo menciona también-, y que en este caso emergen a través de imágenes en movimiento, pero enmarcadas en las contextualizaciones histórico-políticas en las que surgen y se manifiestan.
El artículo de Bárbara Macedo Ribeiro tiene la particularidad de situarse desde una perspectiva decolonial ya desde el comienzo mismo, cuando desplaza las normas propias de la escritura académica, para entrarle de lleno al agó o el “pedido de licencia” y plantear tres ebós de conduta en diferentes planos de la vida. Estos se constituyen en una suerte de recomendación como punto de partida, del inicio del debate que nos propone la autora para llevar adelante el “giro decolonial” en la educación, para lo cual apela a uma pedagogia do transe. El acierto en el planteo de Macedo es ir llevándonos poco a poco a Exu nas Escolas de Arte como forma de decolonizar la manera de enseñar el arte en las escuelas. Recuperar saberes ancestrales, apelar a corporalidades y memorias olvidadas, a otras pedagogías y saberes, requiere de “virar” hacia los terreiros, el umbanda, los pai do santos, los sincretismos religiosos, etc.
Con un gran trabajo de archivo, Mariela Castro escribe acerca de “Como efectivamente gozó gran parte de nuestro high life social”. Reflexiones sobre la cúpula periodística afroporteña perteneciente al periódico La Broma (Buenos Aires, Argentina, 1876-1882) para adentrarse en el universo afroporteño de mediados a fines del siglo XIX, pero con la particularidad de desmitificar una cierta mirada del periódico La Broma, que “supuestamente” se erigió en representante de la comunidad afrodescendiente durante ese período. Al hacer mención a “las capas solapadas de la subalternidad”, Castro deja al descubierto mecanismos del periódico mencionado, que cuestionan el rol autoerigido de representante genuino de los intereses de la comunidad afro y devela las diversas formas de enmascaramiento y de dominación más cercanas a políticas de blanqueamiento y de identificación con los intereses dominantes de la época.
Olivia Ortega Sosa, en Estereotipos sociales: desde el prejuicio y el cliché, parte de diferentes posturas y autores para ir delineando en qué consisten y cómo se construye la categoría de los estereotipos sociales. Desde aquí se va acercando a la relación de los mismos con el prejuicio y posteriormente con el cliché, observando diferencias, relaciones y formas en que han ido mutando esas categorías conceptuales. A partir de lo anterior, y luego de dejar en claro en qué consiste el estereotipo, se interna en la relación que él mismo tiene en la construcción de las identidades, articulando lo individual con lo colectivo.
Gran Chaco Americano: territorio, cuerpos y cartografías consiste en el abordaje y el trabajo en conjunto de dos organizaciones sociales, Iconoclasistas y el Colectivo de Mujeres del Gran Chaco. María Constanza Álvarez Chardon primero aborda la práctica artística como lugar de transformación social que lleva adelante el colectivo Iconoclasistas para luego presentarnos una red de mujeres conformada por más de 100 organizaciones y más de 500 mujeres de la región del Chaco en Bolivia, Paraguay y Argentina, surgida en 2010 y autodenominada Colectivo de Mujeres del Chaco. La acción en conjunto entre ambos colectivos, consistió en una resemantización cartográfica realizada a partir de un taller de mapeo colectivo en el que se pusieron en juego problemáticas propias del colectivo de mujeres, visibilización de tramas, problemáticas y prácticas cotidianas que como señala la autora, se constituyen en estéticas de la re-existencia.
Abaporu de la pintora brasileña Tarsila do Amaral es la “excusa” que le permite a Antonella Forfori, centrar su trabajo en el uso de la imagen como fuente histórica. En Un gran camino comienza con un paso: el Abaporu de Tarsila do Amaral, cuestiones tales como la modernidad y su impacto en la cultura brasileña de la época son centrales, destacándose así, el contexto sociocultural en el cual fue realizada la obra y cómo la misma se constituyó en un documento histórico, en forma similar al Manifiesto Antropófago de Oswald de Andrade. En todo caso, ya sea el escrito como la obra plástica, son documentos que permiten visualizar el impacto que tuvieron en el modernismo brasileño, el fusionar elementos locales con estéticas europeas.
En la galería contamos con lxs artistas Laura Bilbao y Daniel Leber.
Diciembre, 2022